POESÍA contra la dejadez
En esta fea lata de cerveza
se ha colado el río Ubierna.
Le pregunté cómo lo hizo
y a qué intento o ganancia vino
hasta esta chapa
y hasta este tablero desvencijado
y de alejado descuido.
No me contestó.
¿A caso todo tiene que ser racional
y las medidas han de ser comprensibles,
y si cabe a de haber una lógica lineal
para sobrevivir dentro de estos zapatos?
Algo o alguien me ha soplado al oído
-que yo más creo que ha sido algún juicio
más aprendido que otro-
que las colindantes razones son precisas
para sostenerse y no hacer excesivos ángulos,
no vayamos a caernos encima de otros
y provocar aún más conflictos.
El hecho es que me veo
fascinada mirando el regocijo enlatado
de este agua burgalesa,
algo achispada,
no lo niego,
y enojada, porque aún no he recogido
el ovillo de memorias sin archivar,
huesos,
difuntos ya sin etiqueta
de irreconocible querencia,
papelotes de deuda simpática
o incómoda
y demás curiosidades,
en todos mis armarios.
huesos,
difuntos ya sin etiqueta
de irreconocible querencia,
papelotes de deuda simpática
o incómoda
y demás curiosidades,
en todos mis armarios.
Nená de la Torriente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame