domingo, 28 de mayo de 2023

 


Cada matiz, cada silencio, 

cada ululato que se escapa del pecho 

regresa a cada uno, impenitente, 

se purga para reaparecer en gestos 

que persiguen el concilio con los otros. 

Y todo vuelve a empezar: 

Más reservas, más rugidos, 

noches en vela, noches de ausencia, 

sonrisas íntimas y placenteras 

a espaldas de otras memorias.  

El ahogo debajo de la piel 

que se sabe esclavo de un solo dueño, 

renuente siempre por darse entero 

como espera el mundo de todos sus hijos. 

Al amanecer repites leontinas de palabras, 

algunos días, sonidos intraducibles 

como ensalmos que vendrán a sanarte: 

Me han querido, me han querido, me han querido, 

me han querido. 

Aunque no sepan quién eres, 

aunque no conozcan todas tus escalas, 

todos tus apetitos, tus balanceos, 

tus sótanos más profundos 

o tus momentos de luz más deslumbrantes. 

 

Nená de la Torriente

2 comentarios:

  1. Los colores de las flores de la derecha son muy bellos. Si la intención es lo que imagino me conmuevo.

    Los mantras si no sanan al menos consuelan. Si son sinceros y poco mantras, los justos.

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    Respuestas
    1. Gracias Ariadna de Asterión por acercarte hasta este pequeño parterre y hacerme compañía.
      Mis flores no guardan ninguna intención, ninguna, aún así me alegra que te conmueva cualquier intención que encuentres en ellas, sea de la índole que sea.

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