Todo se mueve dentro del agua
y todo invita a invadirlo,
así el río contiene todas las cosas.
Fuera se acabaron los guiños
no coquetea más la mañana,
dijo basta.
Se han ido las gaviotas mar adentro
y la retama seca los amarillos
en el camino a casa.
Avergonzada la belleza se escapa
porque ya no somos niños,
ondea con reproches
su charolado infinito.
Todo lo contiene el río,
la mala memoria y la huidiza belleza,
el resplandor, la idea, el beso,
hijuela del amor que marcha.
El firmamento en él reflejado,
aquellas alegrías...
Si aún vas a venir
ven a buscarme en el agua.
Nená de la Torriente
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