domingo, 17 de abril de 2022

 

Aún no sé si puedo escribirte, 
tengo el alma entumecida,  
encepada 
en cada uno de mis dedos. 

Desde qué mirada liberarte 
no lo sé, 
como no sé si lo que ahora veo es real 
 o soy yo quien pierde fronteras. 
 
                           Todo era legítimo entonces   
entre aquellas dos trenzas, 
cadenas seguras a las que convertir en alas, 
remos, velaje, ¡diluvios!  

Barandillas altas con las que alcanzar el cielo. 

                                ¿Dónde te fuiste? 
¿Dónde poder llamar al abandono por su nombre? 
¿Dónde esa mirada dulce facturó en negruras? 
¿Por qué me cuesta tanto ya verte? 

Nená de la Torriente

2 comentarios:

  1. cómo siempre desde que te conocí me sigue admirando y emocionando el Alma de todo cuanto sale de tu mente privilegiada. Un Enorme Beso Francisco José

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  2. Espero que estés bien y que me recuerdes cómo yo te recuerdo a ti, aunque a veces el recuerdo es con lágrimas en mis ojos Nena.

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