Pensaba en esto y en aquello, esto eras tú,
y tú seguías siendo aquello...
Tanto buscar y la vida es esto,
un segundo detrás de otro
casi imperceptible.
Pleno,
sencillamente pleno.
No hace falta levantar edificios
humildes o desmesurados castillos,
ni rodar más deprisa
que las ruedas de los carros.
No necesito que me lleves a las Hébridas
para tomar un whisky,
ni que reinventes primaveras
en edenes bíblicos.
Puedo contarte lo que siento,
eso necesito,
puedo compartir mis contiendas,
eso necesito,
puedo dormir a tu lado.
Cree en mí como yo te creo,
como creo en la noche,
en el yunque,
en el rayo sobre los montes,
como creo en el tímido sonido
bordeando lo que apenas distingo,
en el amor hacia los débiles,
en lo hermoso, en lo cotidiano.
Siénteme en ti como yo te siento,
como siento la soledad enganchada
a mi camisa,
a la flor
que ha de llegar cada primavera,
como siento mi voz cuando hablo sola,
al sonido del agua en todas sus versiones,
como advierto en brote a las pieles.
Y es que la vida es sólo esto,
un segundo detrás de otro
casi imperceptible,
alejado de ninguno y al abrazo de todo,
y pleno,
sencillamente pleno.
Nená de la Torriente
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