lunes, 30 de mayo de 2011

Caperucita y el Bobo Feroz

(Lalalalalaaaaaaaaa, voy hacia la espesura y muy contenta yo voyyyyyyyyyyy! ♪♪)

Bola va y bola venga, el café de mañana que no se detenga. ¡Por la Gran Mentira del Mundo!… Bueno, pues, señores:

No hace mucho –qué digo muy a menudo- una bella caperucita tropieza, se encuentra o se precipita contra un gran Bobo, férvido y coqueto, y el alelado con grandes muestras de dominio le hace una reverencia.
Él pensará: Ya se ha fijado en mí, no cabe la menor duda
Y ella al punto se dirá: Vaya un zoquete.
Convencido con el frenesí de los que se gustan a si mismos, el gran Bobo feroz –sólo feroz en cuanto a energías en apariencia inanes-, dedicará sin complejos su tiempo al cortejo de la de la capa roja. Y se dedicará, se dedicará a fondo. Y si supo de ella algo más que su aspecto y sus redondas maneras,  no lo sabremos nunca. -Pero pensándolo bien esto sería un grave despropósito, y tema para otra historia-
Ella, por su parte, cantarina y de mente respingona, se sentirá resignada, al saber que el jardín de bobos se incrementa hasta límites desquiciantes; dejará de vez en cuando una mirada perdida -más vendida que perdida-, para no ser tan áspera con aquel tan y tan debilitado, compañero de especie o de naturaleza. Y así se sumarán por los siglos las historias de caperucitas y bobos, ambos equilibrando balanzas mal concebidas, y sumando uniones con futuros presumibles y bendecidos; y así ellos pensarán en su enorme éxito, los Bobos claro, y ellas sabrán, calladas, de cómo el viento roza sus mejillas y de cómo son realmente aquellos que dicen ser los únicos que las rozan…. 
Y coloríncoloradoestecuentonoseacabaránunca…. 
Y si me dejan elegir, yo prefiero hoy ser el gran Bobo, faltaría más, y como este cuento es mío me lo quedo ¿Opinas algo? Va a ser que no, va a ser que no…. De momento. ¡Ahuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu! ¡Ahuuuu! ¡Ahuu! 
¡Ay mami, me he clavado una espinita...!

Lalalalalaaaaaaaaaaa ♪♪



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