domingo, 8 de marzo de 2020


De cómo llegaste aquí 
no me has contado nunca. 

De por qué y de qué manera sutil 
dirigiste tu mirada a una hoja 
y no a otra, 
y coincidiste con mis ojos un segundo. 

Que la vida lleva su firma, me dijiste, 
y dudé si coincidir contigo 
era un acto conveniente 
o algo tan real como la lluvia. 

Pasaste sobre mí sin verme. 

Viviste de manera tangencial 
lo que era mi voluntad y mi conciencia. 


¿Ahora hacia donde caerá 
tu bala suspendida?

¿A qué beso 
tus labios dulces? 

¿A qué piel distinta 
tus manos 
de araña mansa? 


Nená de la Torriente

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