sábado, 21 de enero de 2017

Mírame como yo te miro  



¿Lavo el espíritu? 
¿Cómo reconocerlo 
entre sus muchas sábanas? 

No me juzgues todavía. 

Soy nadie y lo soy todo. 
No hay teatro ni drama, 
ni novedad por un siglo más romántico 
que otro, 
ni cabeza de alfiler, 
ni creencia en un megamío inútil. 

¿Por qué te escribo? 

Porque sufres, 
porque te quiero, 
porque aunque no me lees 
tal vez un día me encuentres 
buscando una receta de gnocchi, 
o me sientas   
en el intervalo 
de una exhalación minúscula. 

No somos lo mismo pero 
somos casi lo mismo, 
un intento de seguir luchando 
para dar sentido a todo, 
un abstracto escaso 
por su ambigua instancia   
pero excelso en su origen.  

Estoy contigo 
y eres tú conmigo, 
idea y término 
en naturalezas casi idénticas, 
porque sólo las pasiones nos viajan 
por caminos oblicuos 
y definen un pulso de otro pulso. 

Por favor no me juzgues. 



Nená de la Torriente 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame